Cuatro incidentes de robo de cables de cobre se registraron en menos de 48 horas en Iquique y Alto Hospicio. Los hechos, el último ocurrido en horas de la madrugada de este viernes, muestran la persistencia de este fenómeno delictivo y su grave impacto en la comunidad.
Al respecto, Guillermo Rojas, Gerente Zonal de CGE, indicó que es necesario implementar medidas más contundentes para combatir a los grupos responsables mediante una coordinación efectiva entre las distintas entidades gubernamentales. Asimismo, lamentó que aún la mesa de robo de cables no haya sido convocada durante este año en la región, a pesar de la seguidilla de atentados a la red que han afectado directamente a vecinos de Los Verdes en Iquique, y el Boro de Alto Hospicio.
El incidente más reciente ocurrió la madrugada de este viernes 19 de abril, donde al final de avenida Las Parcelas de Alto Hospicio, un grupo de desconocidos derribaron postes de la red de media tensión y robaron los cables conductores. Personal de CGE ya está atendiendo esta emergencia.
De igual forma, este miércoles se reportó la sustracción de más de 700 metros de cable perteneciente a la red de media tensión en el área del peaje de la Ruta A-1, un hecho que recuerda a otro similar ocurrido la semana anterior. El personal técnico de CGE se vio obligado a reemplazar tanto la red eléctrica afectada como los postes derribados por las acciones de estos grupos organizados. Dicho episodio habría afectado a caleta Los Verdes.
Por otra parte, el sector de El Boro en Alto Hospicio fue blanco de ladrones que extrajeron cables en la ruta A-616, interrumpiendo el suministro eléctrico de numerosos hogares. Además, otro incidente tuvo lugar en el sector de Parque Oriente, también en Alto Hospicio.
El equipo técnico de CGE ha proporcionado toda la información recabada sobre estos robos a Carabineros para su investigación.
Cabe destacar que los robos han sido perpetrados por bandas organizadas equipadas para manipular la red eléctrica. Dichas bandas están conectadas con intermediarios que procesan el cobre robado, obteniendo ganancias ilícitas.
Para mitigar el problema, se está procediendo a reemplazar las líneas de cobre sustraídas por cables de aluminio, que poseen un valor comercial menor. Sin embargo, la preocupación principal radica en la seguridad pública, dado que las redes se encuentran accesibles en espacios públicos y las brigadas técnicas no están equipadas para confrontar a los criminales.