La Corporación Museo del Salitre ha intensificado sus esfuerzos en la gestión del riesgo de desastres en las oficinas salitreras de Humberstone y Santa Laura, sitios declarados Patrimonio Mundial.
Recientemente, se actualizó la evaluación de riesgos y se avanzó en la definición de protocolos de actuación, además de crear una mesa interinstitucional dedicada a la gestión de riesgos, que podría abarcar otros bienes culturales en la región de Tarapacá.
La arquitecta Marcela Hurtado, especialista en gestión de riesgo de desastres y líder del proyecto, visitó las salitreras para verificar los avances en la implementación de medidas preventivas. Durante su visita, se reunió con diversas entidades públicas y privadas para discutir los progresos y coordinar esfuerzos en la protección del patrimonio, especialmente tras la reciente pérdida de la Iglesia San Antonio de Padua.
Hurtado destacó que en 2019 se identificaron cuatro amenazas clave: incendios, sismos, erosión eólica y humedad. Desde entonces, se han implementado estrategias como la modernización de sistemas eléctricos y el aumento de extintores, aunque enfatizó la necesidad de mejorar la coordinación entre los actores involucrados y establecer protocolos claros con los servicios de emergencia.
El objetivo de estas iniciativas es que las medidas sean concretas y efectivas para mitigar el riesgo de desastres. Entre las acciones planificadas se incluyen el aumento de extintores, la definición de vías de evacuación y la creación de material informativo para visitantes y personal encargado de la gestión de las salitreras.
José Barraza Llerena, Director Regional del Servicio del Patrimonio Cultural, resaltó la importancia de estas iniciativas en el mantenimiento de las características de los sitios patrimoniales y en la preparación frente a diversas amenazas, tanto naturales como provocadas por el hombre.
Este proyecto se plantea como un modelo que podría aplicarse a otros bienes culturales en la Región de Tarapacá, asegurando su preservación y protección a largo plazo.