Hace casi dos semanas, miles de hondureños salieron caminando en caravana desde la ciudad de San Pedro Sula, a 180 km al norte de Tegucigalpa, en Honduras. con destino a los Estados Unidos.
Tras una convocatoria publicada en redes sociales, se estima que más de 4.000 personas atendieron el llamado y en pocos días ya habían atravesado Guatemala caminando.
Decenas de niños y bebés ocupan la primera línea de la larga columna de migrantes en la que hay agricultores, panaderos y algunos profesionales, hasta amas de casa y estudiantes, todos los cuales argumentan que salen de su país por dos razones: la pobreza y la violencia.
Con una tasa de homicidios de 43 por cada 100.000 habitantes, Honduras es considerado como uno de los países más violentos del mundo, principalmente por la operación de las pandillas y la incursión del narcotráfico, una situación que impera también en Guatemala y El Salvador.
Además, el 68% de los nueve millones de habitantes en Honduras vive en condiciones de pobreza.
La mayoría culpa al presidente Juan Orlando Hernández, por no acabar con los problemas sociales, como “la violencia, de los altos costos de la canasta básica de nuestro país, del alto costo de la energía y de los altos costos del agua”, dijo uno de los organizadores de la caravana en la frontera con México, según reportó AFP.
La masiva caravana, que actualmente se moviliza por Chiapas, podría llegar a Ciudad de México el próximo viernes y, de acuerdo a las autoridades mexicanas, estaría conformada por unas 3,500 personas.
Algunos hondureños han desistido y se han regresado a su país, pero en el camino a cruzar la frontera y en estas dos semanas se han sumado guatemaltecos y mexicanos.