La resistencia a la corrosión y las altas temperaturas del iridio es tan extrema que se ha vuelto casi imprescindible en la fabricación de motores de avión, catalizadores de autos o tuberías de aguas profundas.
Su uso también se ha extendido a bujías, dispositivos médicos y electrónicos, e incluso se puede encontrar en relojes y brújulas en ínfimas cantidades.
Pero tan resistente es como escaso. Por eso, en lo que va del año el precio del metal ha crecido 131%, superando incluso al aumento del bitcoin (alrededor de un 120%).
Cercano a los US$6.000 la onza, el precio del iridio es más de tres veces mayor que el del oro y las perspectivas de analistas del sector es que seguirá creciendo.
Esta tendencia alcista se ha acelerado porque hubo disrupciones de producción durante el año pasado y porque ha aumentado la demanda por el metal, especialmente para el uso en pantallas electrónicas, según los datos de la empresa Heraeus Group.
El factor “verde”
Como subproducto de la extracción de platino y paladio, el iridio se ha convertido en el último metal precioso en experimentar un espectacular repunte de precios debido a la escasez de suministro.
Pero hay otra razón: los inversores proyectan que se utilizará para producir hidrógeno, un elemento que es cada vez más demandado como fuente de energía limpia, en reemplazo de los combustibles fósiles.
El aumento de precio del iridio se suma al de otros metales que pertenecen al grupo del platino, como el rodio y el paladio, los cuales también se han disparado a máximos históricos debido a los déficits de suministro.
La producción de iridio se vio afectada en 2020 debido al cierre de una planta de procesamiento administrada por Anglo American Platinum (Amplats) en Sudáfrica durante varios meses, lo que creó un déficit de oferta justo cuando la demanda estaba creciendo.
Un hecho muy relevante considerando que Sudáfrica produce entre el 80% y el 85% del iridio mundial.
Cada año se producen cerca de 250.000 onzas del metal, en comparación con alrededor de 10 millones de onzas de paladio y 8 millones de onzas de platino, según Reuters.
Como se trata de un mercado tan pequeño, cualquier interrupción en la producción puede tener un gran impacto en su precio.
Y precisamente por su tamaño, son muy pocos los que participan en la compra y venta del metal. Se trata de un mercado dominado por grandes clientes industriales.
Abunda en los meteoritos
Con un tono blanco-plateado y una ligera coloración amarilla, es considerado comúnmente como un metal extraterrestre porque abunda en los meteoritos y es muy raro en la corteza terrestre.
Descubierto en 1803 entre las impurezas insolubles del platino natural, el iridio es un elemento tan raro en la Tierra que su extracción y consumo anual bordea solo las tres toneladas.
Se comercializa en pequeñas cantidades que suelen ser vitales en productos de nicho como los crisoles resistentes a la temperatura utilizados para cultivar cristales sintéticos que se usan en sistemas electrónicos y de telecomunicaciones.
En términos de la demanda, el año pasado el 31% provino del sector eléctrico, 26% del sector electroquímico, el 13% del sector automotriz y el resto de distintas industrias, según la consultora S&P Global.
Según Heraeus Precious Metals, una de las refinerías de metales del grupo del platino más grandes del mundo, se espera que la demanda de iridio sea impulsada por el desarrollo del mercado de teléfonos inteligentes 5G, con productos premium que requieren la utilización de diodos emisores de luz orgánicos (OLED, por sus siglas en inglés).
Iridio, el metal ultraescaso que abunda en los meteoritos y cuyo precio ha subido más que el bitcoin
El escaso metal precioso ha elevado su precio debido al cierre de una mina en Sudáfrica y a nuevos usos en tecnología.