Oficializan al “Oasis de Niebla Punta Gruesa” como Santuario de la Naturaleza

Se trata del cuarto sitio protegido de Tarapacá junto con el Cerro Dragón en Iquique, el Salar del Huasco, y la Quebrada de Chacarilla en Pica.

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Este miércoles se oficializó la declaratoria del nuevo Santuario de la Naturaleza “Oasis de Niebla Punta Gruesa” en las dependencias de la Seremi de Medio Ambiente de Tarapacá, ubicada en San Martín Nº 255, en el Edificio Empresarial de Iquique. La actividad contó con la presencia de la seremi de las Culturas, Rose-Marie Acuña, y diversas autoridades.

Ahora la región de Tarapacá cuenta con un nuevo santuario de la naturaleza, ello luego de que el diario oficial publicara en junio pasado la declaratoria del sitio que posee una superficie aproximada de 29,4 hectáreas y está emplazado en la comuna y provincia de Iquique.

La seremi Rose-Marie Acuña destacó que “se trata del cuarto santuario de la naturaleza de nuestra región, que se suma al Cerro Dragón en Iquique, el Salar del Huasco, y la Quebrada de Chacarilla, también conocida por las huellas de dinosaurio, ambos ubicados en la comuna de Pica y para nuestro gobierno es un gran orgullo poder anunciarlo ya oficialmente hoy”.

El Santuario de la Naturaleza se inserta en el sector de Punta Gruesa, específicamente en el ecosistema de “Oasis de Niebla” y aloja una población de la especie vegetal Eulychnia Iquiquensis, la cual está clasificada “en peligro”, en el marco del Reglamento de Clasificación de Especies y además fue incluida, junto con otras 90 especies, en el Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de Especies para la Flora Costera del Norte, aprobado mediante Decreto Supremo N° 44, de fecha 13 de marzo de 2018, del Ministerio del Medio Ambiente, por lo que resulta prioritario otorgar protección oficial al área que aloja a una de las últimas poblaciones vivas de esta especie en la región.

El ecosistema de niebla de Punta Gruesa, específicamente el área que aloja a los individuos de Eulychnia Iquiquensis, corresponde a una abrupta ladera de un acantilado costero de sustrato rocoso, mínimamente intervenida, exceptuando la presencia de antiguas huellas guanaqueras que denotan la rica biodiversidad vegetal que existe en el área, que han logrado sobrevivir en pequeños paños aislados gracias a la influencia que ejercen en ellos las frecuentes nieblas que se presentan en la serranía costera.

A su vez, constituye un hábitat adecuado para la fauna circulante al desierto costero, así como para las especies visitantes como aves rapaces, reptiles y otras aves que frecuentan este oasis. En ecosistemas de este tipo, algunos autores han descrito lagartijas, ratones orejudos, llacas, quilópodos, insectos, caracoles terrestres y otros invertebrados.

La administración del santuario será de la Corporación para el Desarrollo del Turismo y Conservación del Patrimonio de la Región de Tarapacá (Cordetur) y quedará bajo la supervigilancia y custodia del Ministerio del Medio Ambiente.

En un plazo de 24 meses, el administrador deberá presentar una propuesta de plan de manejo del santuario al Ministerio del Medio Ambiente. Dicho plan contendrá las acciones concretas para hacer efectiva la protección y conservación del área, además de los responsables de su ejecución.