Tras más de seis horas de debate, la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó este miércoles la reforma de pensiones en su tercer trámite constitucional, dejando la iniciativa lista para su promulgación por parte del Presidente Gabriel Boric.
La votación, que se realizó en 59 bloques, contó con un amplio respaldo parlamentario, permitiendo el avance de una de las reformas más relevantes en el sistema previsional chileno en los últimos 40 años.
La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, destacó la importancia de este hito, señalando que el proceso fue complejo pero necesario. “Ponerse de acuerdo es muy difícil, pero escuchar y avanzar en un punto común fue lo que nos pidió el Presidente Gabriel Boric. Hoy día, después de 43 años, aprobamos una reforma que le cambia la cara a lo que la dictadura hizo en 1981, agregando un componente de seguridad social para reducir las desigualdades en el sistema”, afirmó la secretaria de Estado.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, subrayó el impacto de la reforma y la perseverancia del Gobierno para sacarla adelante. “Ingresamos este proyecto hace 27 meses con el objetivo de mejorar las pensiones, equiparar la situación de hombres y mujeres, y hacerlo de manera sostenible. Hoy, con su aprobación, se marca un punto de inflexión en el desarrollo del sistema de pensiones en Chile”, sostuvo.
Principales cambios de la reforma previsional
Uno de los principales puntos de la reforma es el aumento de la Pensión Garantizada Universal (PGU) a $250.000, beneficio que ahora se extenderá a pensionados por leyes de reparación, exonerados políticos y a beneficiarios de Dipreca y Capredena. Su pago se implementará de manera gradual, comenzando con los mayores de 82 años.
Otro aspecto clave es el incremento de la cotización del empleador, que subirá a un 8,5% de la remuneración imponible. De este porcentaje, un 4,5% se destinará a la cuenta individual del trabajador, un 1,5% a la cotización con rentabilidad protegida y un 2,5% al Seguro Social.
En cuanto a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), se mantendrán en el sistema, pero deberán someterse a un proceso de licitación cada dos años, donde la Superintendencia de Pensiones seleccionará a la administradora con la comisión más baja. Este proceso incluirá a afiliados nuevos y antiguos, quienes podrán desistir del cambio.
Además, se establece un sistema de Fondos Generacionales, que permitirá ajustar la estrategia de inversión de los ahorros previsionales según la edad del afiliado, reduciendo el riesgo para quienes están próximos a jubilar.
Otro punto relevante es la creación del Seguro Social Previsional, que entregará beneficios adicionales a los pensionados, incluyendo un bono por años cotizados, compensaciones para reducir la brecha de género en pensiones y la integración del Seguro de Invalidez y Sobrevivencia en un solo mecanismo.
Para el financiamiento de estos beneficios, se creará el Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP), cuyo patrimonio será independiente del Estado y administrado con criterios técnicos.
Con esta aprobación, el Gobierno logra destrabar una reforma previsional que llevaba más de una década en discusión. Ahora, solo resta la promulgación oficial por parte del Presidente Gabriel Boric para que la nueva ley entre en vigencia y comience a impactar a los pensionados actuales y futuros.