Un brutal caso de maltrato y esclavitud infantil salió a la luz pública el pasado sábado 12 de abril en la comuna de Iquique, región de Tarapacá, luego que un niño de apenas 13 años fuera sometido a diversas formas de violencia física, emocional y psicológica por parte de su madrastra. La mujer, actualmente detenida y en prisión preventiva, está siendo investigada por la Fiscalía bajo los cargos de homicidio frustrado reiterado debido a las deplorables condiciones en que mantenía al menor.
Según los antecedentes revelados por la Fiscalía, desde noviembre del año 2023 el niño dormía al aire libre en el patio de la casa, sin techo, cubierto únicamente por un toldo azul. Además, era obligado a realizar labores domésticas de limpieza, permanecía sin acceso regular a alimentos y agua, y no contaba con un baño, debiendo hacer sus necesidades en botellas o bolsas de basura, que él mismo debía limpiar posteriormente.
En noviembre de 2024, el menor fue retirado de su establecimiento educacional, quedando en absoluta desprotección y aislamiento. La fiscal Paula Arancibia, de la Unidad Regional de Atención a Víctimas y Testigos, informó que el niño presentaba múltiples lesiones físicas causadas con distintos objetos, evidenciando la gravedad y reiteración del maltrato.
El Defensor de la Niñez, Anuar Quesille, declaró en entrevista con Canal 24 Horas que existe una responsabilidad compartida en este caso por parte de diversas instituciones del Estado, incluyendo tribunales, sistemas educativos y sanitarios, que no alertaron oportunamente sobre la situación del menor.
“Estamos frente a una situación en la cual el sistema educativo y de salud fallaron al no detectar oportunamente la desescolarización y la situación de riesgo”, aseguró.
Quesille también criticó fuertemente al Tribunal de Familia, que otorgó el cuidado personal del niño a la madrastra tras una denuncia que esta interpuso contra el padre por violencia intrafamiliar. Dicha denuncia derivó en una prohibición judicial de acercamiento para el padre, dejando al niño bajo el cuidado exclusivo de la madrastra.
Actualmente, el menor se encuentra protegido bajo el cuidado de un adulto significativo, mientras las autoridades evalúan ubicar a algún familiar idóneo para su cuidado permanente. “El niño está con una familia adulta significativa, mientras se determina la mejor alternativa de protección para él”, detalló Quesille.
La Defensoría de la Niñez está en contacto directo con la Fiscalía y la Unidad de Atención a Víctimas y Testigos para asegurar que el menor reciba la atención y protección adecuada. Asimismo, llamó a una reflexión profunda sobre la responsabilidad social frente a estos graves delitos y la urgente necesidad de fortalecer los mecanismos preventivos del Estado para evitar situaciones similares en el futuro.
Finalmente, desde la Defensoría se hizo un enfático llamado a la sociedad a no validar bajo ninguna circunstancia situaciones de violencia y vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes, destacando que casos como este constituyen delitos gravísimos que deben ser prevenidos y sancionados con la máxima rigurosidad.