El Catastro Nacional de Campamentos 2024-2025 de TECHO-Chile ha revelado un panorama alarmante sobre la situación habitacional en la región de Tarapacá. Actualmente, la región alberga 63 campamentos que concentran a un total de 13.361 familias, lo que representa un 9,8% de aumento respecto a las 12.167 familias registradas en el informe anterior de 2022-2023.
Uno de los hallazgos más preocupantes del informe es que el 63,6% de las familias que residen en campamentos en Tarapacá son de origen migrante, siendo la región con el mayor porcentaje de familias extranjeras en estos asentamientos a nivel nacional. Este fenómeno se refleja especialmente en las comunas de Alto Hospicio, donde la situación es crítica, ya que junto con Antofagasta y Copiapó, estas comunas concentran el 53,2% de las familias migrantes que viven en campamentos en Chile.
En cuanto a la amenaza de desalojo, el informe destaca que el 31,3% de los campamentos en la región están bajo amenaza de desalojo, lo que afecta a un total de 1.912 familias. Esta cifra refleja la alta vulnerabilidad de las familias en campamentos que no solo enfrentan condiciones precarias, sino también la incertidumbre sobre su futuro habitacional.
Un aspecto relevante del informe es la presencia de macrocampamentos en Tarapacá, definidos como asentamientos que albergan a más de 1.000 familias. La región es una de las que concentra este tipo de campamentos, junto con Antofagasta, Valparaíso y la Región Metropolitana. Estos macrocampamentos agrupan a comunidades enteras que, en algunos casos, cuentan con más de 500 familias.
El informe también aborda la ejecución de programas habitacionales en la región. El Plan de Emergencia Habitacional ha permitido la implementación de proyectos en Tarapacá, con 58 proyectos en ejecución que beneficiarán a 2.870 familias.
De estos, 258 familias se beneficiarán del programa Gestión Habitacional, que tiene como objetivo la relocalización hacia viviendas definitivas, y 430 familias participarán en el programa Construyendo Barrios, que busca mejorar las condiciones de vida en los campamentos mediante la regularización de servicios básicos y la urbanización de los terrenos.
Además, el informe confirma que en el 60,6% de los campamentos de Tarapacá se mantiene un acceso irregular a electricidad, agua potable y servicios sanitarios, lo que sigue siendo un obstáculo para la calidad de vida de las familias.
A pesar de los esfuerzos, el aumento de los campamentos y el crecimiento de las familias migrantes en Tarapacá indican que la crisis habitacional sigue siendo un desafío importante en la región. Las políticas públicas deben adaptarse con urgencia para enfrentar la realidad de los campamentos y garantizar el acceso a viviendas dignas, especialmente en contextos donde la migración y la precariedad aumentan constantemente.
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